jueves, 16 de marzo de 2017

Ecuador: “¡Prohibido olvidar!”.....por Jorge Molina












Ad portas ya del 2 de abril, fecha del balotaje en Ecuador donde el gobierno de Alianza País pretende continuar con su legado social, político y económico, y donde además se juega la chance de continuismo el socialismo del siglo XXI; elección que por lo demás ha sido denominada desde la primera vuelta, por el escritor Atilio Borón, como la Batalla de Stalingrado, es menester que los chilenos sepamos de qué trata el período más oscuro de la historia reciente de este país y quién fue uno de sus principales responsables (Guillermo Lasso), y refrescarles la memoria a los ciudadanos ecuatorianos afincados en Chile para que nunca olviden estos luctuosos momentos y acudan a las urnas a votar.

El feriado bancario en 1999 fue la mayor crisis económica, financiera y social del Ecuador de las últimas décadas. Se inició un 8 de marzo de 1999 cuando el gobierno del entonces presidente Jamil Mahuad (1998-2000) decretó el congelamiento de los depósitos de miles de clientes de entidades financieras, que más tarde desaparecieron.

El gobierno anunció que el feriado bancario debía durar 24 horas, pero se extendió al punto de que los ecuatorianos tuvieron congelados sus ahorros con consecuencias que permanecen hasta la actualidad.

Los efectos del feriado bancario se vieron reflejados en la reducción del poder adquisitivo de las familias con el sucre, la moneda nacional que desapareció poco después para ser reemplazada por el dólar, con un cambio de un dólar por 25.000 sucres.

Además, unos 17 bancos fueron cerrados por malos manejos, créditos vinculados y otras irregularidades. El Estado salió a su rescate con un “salvataje” que se hizo con bonos AGD por unos 1.400 millones de sucres que luego los bancos no pagaron.

Los clientes de las entidades bancarias perdieron su dinero, otros vieron sus deudas crecer al punto de ser impagables y muy pocos de los responsables de esa crisis pagaron sus acciones. Por ejemplo, 16 años después, los dueños del Filanbanco, William y Roberto Isaías, prófugos en Estados Unidos, no han podido ser extraditados a pesar de que fueron condenados a ocho años de prisión por peculado.

El feriado bancario también marcó lo que vendría después: una migración nunca antes vista. Más de dos millones de ecuatorianos se vieron obligados a salir hacia Estados Unidos y España.

Tras el congelamiento de depósitos, en enero de 2000, se decretaría la dolarización de la economía.

Es aquí donde debemos recordar la figura de un personaje que aspira a obtener la primera magistratura el 2 de abril, Guillermo Lasso, dueño del Banco Guayaquil. Él fue superministro de Economía en el gobierno de Mahuad y ha negado su vinculación al feriado bancario argumentando que en ese gobierno solo firmó su nombramiento y su renuncia.

Sin embargo, hay varios factores que confirman su responsabilidad y vinculación en este suceso que marcó negativamente la historia del país.

En 1993 asumió como presidente del Banco de Guayaquil y fue nombrado presidente de la Asociación de Bancos. Como tal en 1994 fue vocal de la Junta Bancaria e hizo aprobar que el Banco Central entregue un crédito de salvataje al Banco Continental que quebró en 1996.

En 1994 lideró (junto con Alberto Dahik) la aprobación de la Ley General de Instituciones Financieras que permitió la liberalización de los mercados financieros.

El 10 de agosto de 1998 asumió como Gobernador del Guayas del Gobierno de Jamil Mahuad, cargo que ejerció hasta el 17 de agosto de 1999. Durante ese año ocurrió en marzo el feriado bancario y la quiebra del Banco del Progreso, siendo Lasso Gobernador del Guayas y al mismo tiempo Vicepresidente de la Asociación de Bancos.

Luego del Feriado Bancario, en agosto de 1999, asumió como superministro de Economía. Lasso deja el cargo de Superministro en septiembre de ese año (37 días después de asumir el cargo) porque fracasó en hacer que el Congreso Nacional aprobara (sin déficit) el Presupuesto del Estado para el añol 2000, condición que había puesto el FMI para concederle al gobierno de Mahuad un crédito externo.

Es aquí donde debemos recalcar que con el congelamiento de depósitos, los cuenta ahorristas recibían Certificados de Depósito Reprogramados (CDRs) a cambio de su dinero que estaba congelado. Pero, la gente que necesitaba su dinero y no podía esperar durante un año, tenía la opción de canjear sus CDR en los bancos, con una penalización de entre el 40 y 50% del valor real, es decir que por cada 100 dólares un ciudadano recibía apenas 50 o 60 dólares. Pero, los bancos que hacían esta transacción podían canjear los CDR posteriormente en la Corporación Financiera Nacional (CFN) al valor real, es decir que el banco se quedaba con los 40 o 50 dólares que le pertenecían al cuenta ahorrista.

El Banco de Guayaquil, propiedad de Guillermo Lasso, fue uno de los bancos que mayor cantidad de CDR canjeó, esto quiere decir que se aprovechó de las necesidades de la gente para incrementar su fortuna. Esto convierte a Lasso en cómplice de la peor crisis económica del país, pues se benefició del salvataje bancario.

Las cifras que dejó el Feriado Bancario fueron: la inflación alcanzó hasta el 60 por ciento, el desempleo se ubicó en 14,7 por ciento, la depreciación del sucre aumentó un 190 por ciento y la fuga neta de capitales fue de 422 millones de dólares en 1998 y de 891 millones en 1999.

Los efectos del Feriado Bancario fueron: reducción del poder adquisitivo de las familias con el sucre, la moneda nacional que desapareció tras reemplazarse por el dólar (un dólar por 25.000 sucres al cambio); unas 17 entidades bancarias fueron cerradas debido a malos manejos crediticios; el Estado realizó bonos AGD por 1.400 millones de sucres que los bancos no pagaron después; luego del congelamiento de los depósitos, se decretó la dolarización de la economía en el año 2000 y dos millones de personas debieron emigrar de su país para volver a empezar desde cero sus vidas en otros países y continentes.

Finalmente hay que señalar que el expresidente chileno de talante neoliberal, Sebastián Piñera, que en 1982 se benefició de la quiebra del Banco de Talca y que estuvo prófugo de la justicia, en septiembre del pretérito año viajó a Ecuador a entregarle su respaldo al banquero Lasso… En lugar del dicho popular que reza que la sangre llama, en este caso el dinero llama. Como dicen en Ecuador, y espero que en Chile también se invoque: ¡Prohibido olvidar!



vía:

 http://piensachile.com/2017/03/ecuador-prohibido-olvidar/

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