miércoles, 7 de enero de 2015

Chile: Aborto chileno. Hasta en las mejores familias....Felipe Rivas Severino

A finales del 2014 se reabrió el debate con respecto al aborto, gatillado por una menor de 13 años embarazada producto de una violación, quedando hospitalizada por la inviabilidad fetal que ponía en riesgo su salud. Este caso cumpliría con las tres causales de despenalización propuestas por la Presidenta Bachelet; Inviabilidad fetal, violación y riesgo materno.

Más que limitarse a definiciones como "Pro-aborto" o "Pro-vida", el aborto debe tomarse como un problema de Salud Pública, en el cual se debe buscar incansablemente políticas públicas que protejan la vida materna y respeten su legítima autodeterminación.
Al transcurrir un par de meses, la Ministra de Salud, renuncia (o la renuncian) de su cargo, tras sus declaraciones: ‘’En todas las clínicas cuicas, muchas familias conservadoras han hecho abortar a sus hijas’’.
En América, un 25% de los países realiza aborto según defecto fetal, 31% por violación, 92% en protección de la vida materna; a excepción de Nicaragua, El Salvador y Chile -en donde se encuentra penalizado en toda de sus formas-. Sólo países como Canadá, Cuba y Puerto Rico realizan la interrupción a libre solicitud materna.
A comienzos de la segunda mitad del siglo XX, un tercio de las mujeres embarazadas, fallecían por la ejecución de esta práctica. Es por ello, que se creó el Programa de Regulación de la Fertilidad, cuyo objetivo consistía en controlar las interrupciones clandestinas de las embarazadas.
Décadas más tarde, la dictadura de Pinochet modificó el Código Sanitario, prohibiendo el aborto terapéutico. Resulta paradójico que un régimen cívico-militar que torturó y exterminó, se autoproclamara “Pro-vida” tras esta penalización. Jaime Guzmán (Fundador de la UDI y constitución neoliberal), afirmaba: «La madre debe tener el hijo aunque este salga anormal,aunque sea producto de una violación o, aunque de tenerlo, derive su muerte».
El aborto en nuestro país constituye la tercera causa de muerte materna, luego de la muerte obstétrica indirecta y del edema, proteinuria e hipertensión que ocupan el primer lugar. Mientras las  jóvenes de entre 25 y 29 años, se sitúan como el principal grupo que recurre a la interrupción.
Durante el 2013, el MINSAL notificó 17.434 abortos en recintos públicos. Lo que según Ramiro Molina (Facultad de Medicina UCH), más del 50% de los abortos corresponden a interrupciones espontáneas  producto de complicaciones del embarazo. Mientras que el 40% restante, no presenta diagnóstico claro, por lo que posiblemente se traten de abortos provocados.
A raíz de la salida de Helia Molina, muchas mujeres quisieron avalar sus dichos compartiendo sus experiencias. Uno de esos casos, relata que quedó embarazada a los 19 años, acudió donde a una prestigiosa clínica y le recetaron Misoprostol (prostaglandina indicada para el tratamiento de úlceras gástricas), lo cual promovería contracciones uterinas para interrumpir su embarazo. Este medicamento ni siquiera se puede adquirir bajo prescripción médica y el padre de la joven lo tuvo que adquirir en México. Luego de la administración intravaginal, y apenas comenzara a sangrar, debería acudir a la Clínica donde le tratarían por aborto “espontáneo”.
Otro caso es el de la Dra. María U. Miembro de ONG Argentina que facilita la interrupción del embarazo, afirmando: “Atendemos entre 4 a 8 mujeres chilenas por mes (…) Son las más pudientes y suelen requerir más servicio que las argentinas’’.
Incluso circulan denuncias en contra de un médico de una Clínica privada quien realizaría estas prácticas abortivas como una “Liposucción ambulatoria” por $2.000.000.
La Defensoría Penal Pública, caracterizó la condición socioeconómica de las imputadas por aborto (2001 y 2009), estableciendo: “Casi el 36% no completaba la educación media, el 22% la había completado, un 20% tenía estudios incompletos de educación técnica o universitaria y el 4% alcanza estudios universitarios completos”
Las jóvenes ABC1, no sólo tienen la opción de viajar, sino también de utilizar Misoprostol para simular un aborto espontáneo o simplemente con algún falso diagnóstico médico, como sinequia uterina o metrorragias disfuncionales. Este tema no debe limitarse a definiciones como “Pro-aborto” o “Pro-vida”, sino como problema de Salud Pública, en el cual se debe buscar incansablemente políticas públicas que protejan la vida materna y respeten su legítima autodeterminación, tal como lo afirmaba la saliente Ministra: “Es la mujer la que va a apechugar; ni el cura, ni el UDI, ni nadie”

vía:
 http://www.elquintopoder.cl/salud/aborto-chileno-hasta-en-las-mejores-familias-la-ministra-no-miente-2/

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