España.
Miles de trabajadores y desempleados salieron a la calle a expresar
rechazo a la reforma laboral y a los recortes sociales que impone la
clase política, durante la huelga general del pasado 29 de marzo. Miles
lo hicieron secundando la convocatoria de la Confederación General del
Trabajo (CGT) y otras organizaciones anticapitalistas.
La respuesta de los poderosos fue clara y
contundente: violencia, represión, criminalización. Para ello no han
dudado en ponerse por montera esa falacia a la que llaman estado de
Derecho. La injusta detención y posterior prisión para los tres jóvenes
estudiantes Xavi, Dani e Ismael (quienes el 4 de mayo por fin
recuperaron su libertad) ha tenido continuidad 25 días después, con el
arresto y encarcelamiento de Laura. Ésta es la respuesta del gobierno a
la clase trabajadora y a la juventud.
La presión de los políticos sobre los
jueces raya en la más absoluta indecencia y en la sumisión de algunos de
éstos. A aquellos provoca auténticos esperpentos como, por ejemplo, ver
privados de libertad a quienes alzan su voz contra las injusticias del
sistema, mientras aquellos que han expoliado gobiernos y fundaciones
culturales, pasean por las calles libremente.
El anarcosindicalismo, sus personas y,
sobre todo, sus ideas, están hoy en la mira del terrorismo de Estado. Su
objetivo último no es acallarlos, sino someterlos; no es
desmovilizarlos, sino conducirlos a una espiral de desánimo y miedo que
los paralice. Su objetivo es quitarlos de en medio para poder seguir con
el teatro de la paz social y repartir las migajas del bienestar con
quienes, junto a ellos, sólo sepan de mesas de negociación, pactos y
cambalaches…para que nada cambie. Su objetivo es eliminar cualquier
forma de resistencia que, sin recurrir a la violencia, cuestione de
forma clara y contundente las miserias y las injusticias de un sistema
que, ahora sí, ya sin mascara, sólo admite un calificativo: fascista.
El miedo no va a evitar que sigamos
enfrentándonos a las sanciones, a los despidos, a los expedientes de
regulación de empleo; no va a conseguir que miremos para otro lado ante
los recortes en derechos sociales fundamentales como la sanidad, la
educación, el trabajo o la vivienda. No conseguirá el miedo que
ignoremos la privatización de los servicios públicos o la expoliación
del patrimonio cultural de todos; ni conseguirá que agachemos la cabeza
ante el desmantelamiento de la administración pública y de sus empleados
mientras la señora de Felip Puig disfruta de un sueldo de la
Generalitat sin haber pasado en su vida una oposición. No será el miedo
lo que nos impida luchar por el mantenimiento de los puestos de trabajo,
ni será el miedo quien nos vuelva indiferente ante la destrucción del
ecosistema. No será así porque el miedo no es nuestro, sino suyo.
Sí, conseller o ministro de interior.
Sí, president de la generalitat de Catalunya; sí, presidente del
gobierno del reino de España: son ustedes quienes tienen un miedo
espantoso. Tienen miedo pese a su arsenal de armas de fuego y de pelotas
de goma. Bajo sus trajes de astronauta, sus lacayos y esbirros tienen
un miedo atroz. Las capuchas y pañuelos con las que protegen a sus
infiltrados y provocadores no pueden ocultar su temor. La manipulación y
las mentiras que difunden en sus medios de comunicación no son sino la
expresión de su inquietud y los muros de sus cárceles y calabozos no son
otra cosa que miedo. Miedo al pueblo, miedo a la verdad, miedo a la
justicia, miedo a perder sus privilegios, miedo de clase burguesa.
Se han equivocado señores, nosotros no
tenemos miedo. Ni en Barcelona, ni en Valencia, ni en Málaga o Madrid;
en ningún rincón de este país que hoy ve cómo la CGT es una sola
pidiendo la libertad de Laura junto con multitud de organizaciones
solidarias de aquí y de fuera de nuestras fronteras. La historia nos ha
enseñado que el sufrimiento forma parte de la lucha. Son personas como
Laura Gómez quienes nos lo recuerdan cada día. Son ejemplos como la
resistencia y fortaleza de Laura y de otras muchas personas que en su
momento fueron objeto de la violencia del capital y del estado los que
nos alimentan y nos renuevan.
Sigan ustedes alzando muros de ladrillo
para encarcelarnos que nosotros alzaremos, frente a su tiranía, un muro
de dignidad y lucha, de un sólo corazón y miles de rabias. Porque estos
son los mimbres con los que pensamos seguir plantándoles cara hasta
conseguir la libertad de nuestra compañera Laura y la justicia para los
oprimidos. Nosotros, el pueblo, los de abajo a la izquierda, vamos por
las calles y los centros de trabajo de España sin caretas ni capuchas, a
cara descubierta, con nombres y apellidos. Y, sobre todo, con corazón y
con ideales para una nueva sociedad sin amos ni esclavos.
http://desinformemonos.org
http://desinformemonos.org/2012/05/laura-gomez-presa-de-un-nuevo-periodo-politico-represivo-en-espana/
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