Piñera prepara su último zarpazo a los trabajadores. Escondido bajo
un título muy raro —el multirut— la nueva forma de gobernar prepara su
última, pero nada novedosa gracia: hacer como que se avanza en favor de
los trabajadores, para dejar todo igual y en este caso peor. Martínez de
la CUT aplaude.
Expliquémoslo en sencillo: hace un
tiempo atrás diversas empresas, especialmente de supermercados y del
retail, se inventaron un fraude que consistía en dividir la empresas en
una pluralidad de razones sociales —en algunos casos por cientos—,
sosteniendo que por ese solo hecho —que sus abogados redactasen cientos
de papeles—, cada una de esas razones y los respectivos trabajadores
adscritos a ellas, debía ser considerada un empleador distinto para
efectos de la formación de sindicatos y de negociación colectiva.
Como se ve, la finalidad de este fraude
es obvia: dividir a los trabajadores para que no puedan negociar
colectivamente en un solo proceso con fuerza y unidad. A pesar de
trabajar para el mismo empleador.
En un país en serio, esto no habría
pasado de ser un fraude reprimido por los propios sindicatos y la
justicia laboral. Pero estamos en Chile y ese fraude se ha sostenido,
tanto por la extrema debilidad sindical, como por la debilidad de las
autoridades.
Un engaño más —en este caso, el
“multiengaño”—, después de 22 años de olvidos y promesas incumplidas,
pensará Matthei, no es tan grave. De hecho, que haya menos trabajadores
sindicalizados y que negocian colectivamente en términos proporcionales
hoy que cuando se fue Pinochet, repetirá, no es problema nuestro.
El
punto es que el Gobierno ha presentado un proyecto para solucionarlo.
De su sola lectura se sigue que es para todo lo inverso —la ya clásica
letra chica—: a los trabajadores no les bastará probar que su empresa es
un solo empleador, porque el Gobierno ha tapizado el proyecto de
requisitos —que, en rigor, son trabas— para que los trabajadores no
puedan derribar el fraude tan fácilmente.
Para ponerlo en simple: aunque los
trabajadores acrediten que todas estas razones sociales son un solo
empleador —porque tienen un solo jefe, por ejemplo, que los manda a
todos—, de igual modo, no podrá negociar en un único proceso de
negociación colectiva. El proyecto exige que, además, los trabajadores
demuestren que se trata “del mismo negocio específico” o de “negocios
directamente complementarios”. De más está decir, que los abogados de
estas empresas se frotan las manos de cómo se las ingeniarán para decir
que, pese a ser un solo empleador “sus negocios no son el mismo” o “o no
son complementarios” —la sección corbatas no es complementaria de las
sección lavadoras, ambas pueden funcionar por separadas, dirán con
satisfacción prendiendo un velita al altar de Matthei—.
Como se ve, carne para rapaces.
E incluso, en aquellos casos que exista
riesgo de superar todos los obstáculos, el Gobierno le pone una última
traba a los trabajadores —no vaya a ser que un sindicato lo logre—: el
juez debe escuchar una comisión de expertos.
¿Adivine la composición de la comisión
de expertos que el juez “obligatoriamente” debe escuchar a pesar de que
el fraude haya sido acreditado por los trabajadores?
El proyecto lo dice clarito: de cinco
miembros, tres serán profesionales “con experiencia” en materia de
organización industrial y “administración de empresas“, y el resto serán
dos abogados con la misma experiencia: organización industrial “y
administración de empresas”.
Hay que reconocer que el Gobierno no se
ha andado por las ramas en este tema. En buen chileno: cinco
profesionales de “perfil empresarial” que, como se sabe desde los
tiempos de la Concertación, entienden el mundo mejor que todo el resto
de los mortales. Que se trate del derecho fundamental de negociación
colectiva de los trabajadores es un detallito nada de relevante.
Total a los técnicos de derecha nada en
el mundo le es desconocido. En fin, quizás más breve habría sido que la
Comisión la designe de una la SOFOFA, y nos ahorramos tiempo y dinero.
¿Algún representante del perfil sindical o “de trabajador” en la Comisión de Expertos?
No sea ingenuo señor lector, los
trabajadores y sus dirigentes no son expertos en nada. Eso también nos
lo enseñaron hace tiempo.
Como es obvio, el proyecto parece
redactado más en las oficinas de la CPC, que en las de un Ministerio del
Trabajo de un país democrático y serio. Matthei ha hecho su trabajo, y
de seguro le espera el titulo de ministra del “año” por los círculos
empresariales.
¿Y la CUT se opondrá enérgicamente? preguntará algún despistado.
El proyecto de “multirut” ha sido
defendido con entusiasmo por Martínez, en el marco de su acuerdo
CUT-CPC. De hecho, coincidía en él La Tercera, que en una editorial
redactado con su habitual mirada proempresarial señalaba, con el mismo
entusiasmo de Martínez, que había que respaldar el acuerdo CUT-CPC,
porque era “una oportunidad de futuro”.
El Gobierno y sus aliados juegan una
carta clásica de la democracia chilena: el tecnicismo. Apuesta, porque
tratándose de un tema legal, a primera vista lejano y de difícil acceso
para los trabajadores comunes y corrientes, nadie se entere de verdad de
su contenido y menos de sus intenciones: volver a engañar a los
trabajadores.
Un engaño más —en este caso, el
“multiengaño”—, después de 22 años de olvidos y promesas incumplidas,
pensará Matthei, no es tan grave. De hecho, que haya menos trabajadores
sindicalizados y que negocian colectivamente en términos proporcionales
hoy que cuando se fue Pinochet, repetirá, no es problema nuestro.
Y sabe que la Sra. ministra tiene algo
de razón. Si después de cuatro gobiernos de centro izquierda —que se
emocionaban hasta las lágrimas los 1 de mayo con eso de los “compañeros
trabajadores”—, no se hizo nada por cambiar las cosas, no le corresponde
a Ud. y menos a su gobierno hacerlo.
Clotario Blest puede seguir revolviéndose en su tumba.
Vìa:
http://www.kaosenlared.net/america-latina/item/17287-chile-el-multienga%C3%B1o-y-los-trabajadores-esa-historia-de-siempre.html
http://www.kaosenlared.net/america-latina/item/17287-chile-el-multienga%C3%B1o-y-los-trabajadores-esa-historia-de-siempre.html
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