domingo, 13 de noviembre de 2011

Bolivia : “Ya tomamos el poder de ellos, ahora debemos tomar el de nosotros”....por Marcela Salas Cassani


foto: XIMENA BEDREGAL
Entrevista con Pablo Mamani
El gobierno boliviano encabezado por Evo Morales enfrentó una de sus peores crisis después de que la marcha, en la que participaban unos mil 500 indígenas que se oponían a la construcción de una carretera, fue reprimida en forma violenta. Finalmente, el gobierno anunció la cancelación de la obra, no se sabe por cuánto tiempo.
En entrevista con Ojarasca Pablo Mamani, sociólogo aymara estudioso de movimientos y levantamientos indígenas contemporáneos, habla sobre la crisis del gobierno de Morales, la izquierda latinoamericana y la tarea que tienen los pueblos originarios para reapropiarse del poder desde una lógica diferente a la del Estado.
Desde el 15 de agosto, fecha en que inició la marcha de los pueblos indígenas de la Amazonía hacia La Paz para manifestarse en contra de la construcción de la carretera Cochabamba-Beni, obra que partiría en dos el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), el go bierno de Evo Morales vive la peor de sus crisis. Suman ya cuatro autoridades estatales que renunciaron a su cargo, entre ellos el ministro de gobierno Sacha Llorenti y la ministra de defensa Cecilia Chacón, cada uno con distintos argumentos, pero ambas dimisiones enmarcadas en el violento episodio de represión policial contra la marcha indígena, que repite la lógica del “viejo Estado”.
Con esto quedó demostrado que el Estado no ha cambiado en su constitución ontológica ni se ha modificado el uso de la fuerza y la violencia. Pese a la nueva Constitución, las nuevas leyes y movimientos sociales que las respaldan, la lógica del Estado sigue siendo colonial y liberal en su constitución filosófica y política.
El gobierno insiste en construir el camino carretero Cochabamba-Beni, velando por los intereses de las empresas transnacionales que buscan apropiarse de un territorio que tiene recursos petroleros, mineralógicos y biológicos. Un territorio que es el pulmón de la región andina.
La forma eurocéntrica, moderna y liberal del poder tiene dos grandes matices: la forma autoritaria, que puede ser ejercida desde una dictadura, y la forma democrática, que es ejercida por la vía electoral y que encubre en el fondo la forma autoritaria constitutiva del poder en el Estado.
Lo que ha pasado en Bolivia es que simplemente tomamos el poder de ellos, del Estado. El siguiente paso es la toma del poder de nosotros. Las preguntas y las respuestas deben venir desde las organizaciones de la sociedad civil, desde los pueblos indígenas originarios y desde los pueblos mestizos y negros, pues es ahí en donde hay otra política, otra concepción del poder, otra lógica de organización territorial y de la forma de gobierno.
“Para nosotros, la izquierda
sigue siendo la misma cosa
que la derecha, porque
tiene la misma concepción
de lo político”
La otra concepción de poder no lo ve como un ejercicio de mando y obediencia, sino como una constitución de sujetos que dialogan y conversan, y en esa relación constituyen entidades organizativas como sistemas de asambleas y de gobierno, todo ese conjunto de procedimientos que no tienen para la academia valor de conocimientos politológicos ni sociológicos, sino valor de conocimiento popular.
Hay que romper la base epistémica que da sustento al poder moderno: la visión sujeto-objeto, yo sujeto Estado, el objeto pueblo. Esa idea debe sustituirse por una relación sujeto-sujeto. En la cosmogonía de los pueblos indígenas todos tenemos poder y, por tanto, tenemos las capacidades de veto y decisión.
Tradicionalmente el poder tiene una carga semántica de “muy largo tiempo”, pero en la lógica indígena del poder, éste es diluido, fluctuante, elástico, compartido, rotatorio y disperso. La palabra poder tiene sentido organizativo de la vida social. Cuando hablamos del otro poder no estamos pensando en anarquismo, sino en otro tipo de orden que sea justo y del cual todos podamos ser parte productora y crítica. Frente a la concepción eurocéntrica dominante del poder, debemos disputarnos la universalidad del ejercicio de un poder diferente.
En las condiciones que estamos viviendo en Bolivia, no sabemos qué es la izquierda. Antes de que Evo asumiera la presidencia en 2006 la izquierda era algo interesante, motivo de diálogo y debate, pero después de las gestiones de Evo Morales en Bolivia, de Rafael Correa en Ecuador, de Hugo Chávez en Venezuela, de Michelle Bachelet en Chile y de Luiz Inácio da Silva en Brasil no sabemos qué es la izquierda, no sabemos si la izquierda es aquella misma derecha o si la izquierda es la falsa izquierda y hay otra izquierda que no sabemos quién es.
En el caso boliviano, el actual gobierno dijo que era de izquierda, de un marxismo crítico ante un modelo colonial expoliador de recursos. En ese sentido, la izquierda traicionó el proceso, pues no cumplieron con sus propias lógicas. Para nosotros, la izquierda sigue siendo la misma cosa que la derecha, porque tiene la misma concepción de lo político.
La izquierda, si quiere ser izquierda, tiene que hacer una gran reforma ontológica, epistémica, teórica e ideológica en el ejercicio de la práctica de la política, de otro modo, se seguirán defraudando a sí mismos, mientras nosotros seguimos buscando nuestra vía de otro modo, ni la izquierda, ni la derecha, sino otro camino, otro horizonte de lo político, otro ejercicio del poder.
En Bolivia los movimientos sociales indígenas y campesinos están intactos, pues, a pesar de que el gobierno de Evo Morales trató de cooptar las formas organizativas locales de funcionamiento, han surgido recientemente claros ejemplos de la fuerza del movimiento.
Hicimos que nuestro gobierno dé dos pasos atrás. Pese a la feroz propaganda para la nivelación de los precios de la gasolina y contra la marcha indígena, los pueblos, desde lo más llano y humilde de la vida social, tuvieron la capacidad de contestar a su gobierno. Tanto en los espacios urbanos, como en los espacios rurales, la gente se movilizó ante la indignante lógica del poder liberal, por lo que Bolivia sigue siendo una esperanza del debate y de la posibilidad de dar marcha atrás a las políticas estatales.
Entrevista:
Marcela Salas Cassani

Fuente, vìa :
http://www.jornada.unam.mx/2011/11/12/oja-bolivia.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog

free counters

Datos personales

Mi foto
Malas noticias en los periòdicos, asesinatos, enfermedad, pobreza, dolor, injusticias, discriminaciòn, guerras, lo grave es que nos parece normal.

Ecologia2