miércoles, 29 de diciembre de 2010

Argentina : Estamos en el horno. La primera semana del verano marcó un record histórico para diciembre: por primera vez desde 1906 hubo máximas superiores a los 33 grados durante siete días seguidos. Para hoy se espera una máxima de 36º, superior a la de ayer. Por Soledad Arréguez Manozzo.

El calor agobiante siguió castigando al área metropolitana, donde la sensación térmica superó ayer por la
tarde los 37 grados. Ante la persistencia de las altas temperaturas, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) declaró el “alerta rojo” para la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, lo que implica que todas las personas –y no sólo las que integran grupos de riesgo– deben seguir las recomendaciones del Ministerio de Salud, como tomar mucha agua y evitar la exposición al sol. La primera semana del verano marcó un record: fue la primera vez que, en diciembre, hubo temperaturas máximas de 33 grados durante siete días consecutivos. El alivio no llegará en lo inmediato: para hoy, la máxima está prevista en 36 grados y la mínima no bajará de los 24, en tanto que para el miércoles y el jueves se prevé apenas una leve disminución.

Los rayos del sol transformaron la ciudad en un horno: a las 15 se registraron 34.3 grados de temperatura y 37.6 grados de sensación térmica. Incluso, el día de Navidad se logró la marca más elevada del mes con 37 grados. Y, a su vez, se convirtió en la Navidad más calurosa desde 1906, cuando empezaron los registros del SMN, informó a Página/12 María de los Milagros Skansi, difusora de turno del Servicio Meteorológico.

El panorama no cambiará en los próximos días: para el miércoles y jueves “no se prevén precipitaciones, las mínimas serán entre 20 y 23 y las máximas entre 31 y 32, con una leve disminución debido a la rotación del viento al este”. Y en víspera de Año Nuevo se esperan 19 de mínima y 31 de máxima con cielo “algo a parcialmente nublado”. La canícula llegó para quedarse, al menos, por ahora.

El rojo, máximo valor en la escala de alertas, significa que las temperaturas pueden afectar a todas las personas, por lo que se hace hincapié no sólo en la prevención en los grupos de riesgo –niños menores de 5 años, mayores de 65, enfermos crónicos–, sino en “todas las personas por más que sean saludables”, aseguró Skansi. Este escalón tiene un efecto “alto/extremo” sobre la mortalidad, por lo que este color indica que las cifras de muertes pueden incrementarse.

En ese sentido, desde el SMN explicaron que, de acuerdo con estudios, el promedio de muertes por día en la ciudad de Buenos Aires, en condiciones normales es entre 80 y 90 (la térmica media en este mes es de 23 grados). Sin embargo, “en períodos de altas temperaturas, se puede duplicar la cifra de mortalidad en un día”, aclaró la difusora. En este sentido, está comprobado que temperaturas muy bajas y muy altas tienen efectos sobre la salud. Justamente, se pretende alertar a la población sobre los efectos en la salud para que así se aumenten los recaudos. El alerta tiene vigencia por 24 horas y esta tarde será actualizado. Es probable que continúe en este nivel.

–¿Puede hablarse de una ola de calor? –preguntó este diario a Skansi.

–No. Desde el punto meteorológico, la ola de calor es cuando hay mínimas superiores a 23 grados y máximas de 32 por tres días consecutivos. Y en este caso, las mínimas no llegaron a ese nivel. Sin embargo, cuando se hicieron estudios de la temperatura y su influencia sobre la salud se encontró que con otros valores ya aumentaba la mortalidad. Entonces, desde la influencia en la salud, podemos decir que ya es ola de calor.

Al atardecer, en cada plaza porteña había un solarium: reposeras, esterillas y el mate no faltaron en Recoleta, Palermo y Costanera Sur. “Es un infierno”, describieron unos jóvenes con tereré en mano. A pesar del aire caliente, varios porteños decidieron continuar con su habitual rutina deportiva, trotando por los bosques de Palermo. “Se hacen ejercicios adecuados a la temperatura. La hidratación siempre está y ahora mucho más. Los horarios que elijo son por la mañana y la tardecita cuando baja el sol”, contó María, personal trainer, en pleno trabajo. En cambio, los que escapan al calor optan por otros espacios: “Preferimos ir al bingo que tiene aire acondicionado o a pasear por el supermercado, sin comprar, obvio”, contó una pareja de jubilados del barrio de Palermo.
 Imagen :
Rolando Andrade
Fuente, vìa :
http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-159449-2010-12-28.html

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