sábado, 18 de septiembre de 2010

Mèxico , Copala: nuestra condición colonial Para el municipio de Juxtlahuaca, Oaxaca, donde se encuentra el Municipio Autónomo de San Juan Copala, de indígenas triquis, hay seis proyectos de minas a cielo abierto Javier Hernández Alpízar

Acabamos de regresar de Oaxaca, cerca de la capital, Magdalena, Ocotlán, un poblado rural que resiste a un proyecto de mina a cielo abierto una empresa canadiense. Las minas a cielo abierto destruyen no solamente la tierra, al agua, el aire, con el uso de químicos como el cianuro y otros muy tóxicos, que dejan el lugar inservible para la vida. El dinero que ganan es muchísimo: Y con él corrompen, compran, dividen, rompen el tejido social, desgarran a los pueblos, los enfrentan entre sí, forman grupos de choque, compran autoridades de todos niveles, incluso a sacerdotes. El testimonio del Frente Amplio Opositor (FAO) a la Minera San Xavier, en en Cerro de San Pedro, en San Luis Potosí, es demoledor: Han ganado legalmente el pleito tres veces, pero no hay gobierno, federal, estatal, municipal, ni Semarnat, ni Profepa, ni PFP, ni Ejército, ni poder humano que cierre una mina que opera ilegalmente, sin permisos, contra la voluntad del poblado más cercano, el afectado.
 
El oro, la plata, y otros minerales que extraen, no solamente han dejado agujeradas las tierras, han destruido el Estado: Han creado guerras “interétnicas” en el Africa. Son una pesadilla. En la Sexta Asamblea Nacional de Afectados Ambientales salió a colación un dato: Para el municipio de Juxtlahuaca, Oaxaca, donde se encuentra el Municipio Autónomo de San Juan Copala, de indígenas triquis, hay seis proyectos de minas a cielo abierto. Con razón Ojarasca comentaba, a propósito de Bety Cariño –asesinada por paramilitares junto con Jyri Jaakkola, cuando una caravana humanitaria intentaba romper el cerco armado al municipio autónomo–, que la activista de CACTUS- MAIZ formaba parte de una red contra las empresas mineras, al igual que Mariano Abarca, asesinado en Chiapas.
 
Eso ha observado el FAO de San Luis Potosí: Donde quiera que hay proyectos mineros hay asesinatos políticos, presos políticos, represión policiaco militar y… es apenas una parte de lo que puede estar detrás de la violencia paramilitar en la región triqui, en la Mixteca, en Oaxaca, en Chiapas, en Michoacán y Guerrero.
 
Las organizaciones sociales del sureste, vinculadas por distintas redes como la Alianza Mexicana por la Autodeterminación de los Pueblos (AMAP), la Red Nacional de Resistencia a las Altas Tarifas de la Luz, e incluso de la Otra Campaña algunas de ellas (Campeche, por ejemplo), apenas comenzaban a articular y visibilizar una campaña nacional e internacional por Justicia para Bety y Jyri, dos defensores de derechos humanos asesinados en una emboscada por el grupo paramilitar priista UBISORT, cuando la violencia que semana a semana deja su cuota de muertos, secuestrados, heridos de bala, mujeres violadas  y terror contra el poblado y centro ceremonial triqui de Copala subió: Según un comunicado de los triquis que apoyan al municipio autónomo, la madrugada del lunes 13 de septiembre, “los paramilitares del Movimiento de Unificación y Lucha Triqui (MULT) junto con los de la Unidad de Bienestar Social para la Región Triqui (UBISORT) retomaron el palacio municipal de San Juan Copala”.
 
Todo es violento: “Desde ese momento y hasta la fecha no han cesado de disparar armas de fuego de grueso calibre sobre nuestros compañeros que se han negado a abandonar sus hogares”.
La comunicación de los integrantes del Municipio Autónomo (principalmente impulsado por el Movimiento de Unificación y Lucha Triqui Independiente: MULTI, al cual se sumaron disidentes desprendidos de la UBISORT) dice que los grupos que los atacan son sus excompañeros, triquis como ellos, pero opuestos al municipio autónomo. Todo podría parecer una lucha “intestina”, entre organizaciones de la misma etnia, si no fuera porque es conocida la relación de los atacantes con el gobierno priista de Oaxaca, bajo cuyo patrocinio y amparo ha corrido la sangre triqui hace días, semanas, meses, años.
 
Un comunicado posterior del Municipio Autónomo advierte que esto puede convertirse en una masacre: “Hacemos un llamado urgente para denunciar que las amenazas de masacrar al pueblo de San Juan Copala, sede de nuestro Municipio Autónomo, por parte de los paramilitares del MULT (Partido Unidad Popular) y de la UBISORT (Partido Revolucionario Institucional) comienzan a hacerse realidad. Desde la tarde de hoy nuestros compañeros y compañeras que permanecen en pie de lucha en nuestro pueblo de San Juan Copala nos informan que han visto movimientos de los paramilitares rodeando cada vez más cerca la comunidad con la firme intención de atacar de manera armada a la población en general. Por este motivo les pedimos de la manera más atenta permanezcan atentos a la posible masacre que se avecina, sobre todo porque esta acción la planean los paramilitares aprovechando los festejos que se llevan a cabo en torno al Bicentenario de la Independencia.
 
“Les recordamos que son alrededor de 50 familias integradas por mujeres, hombres, niños, niñas, ancianos y ancianas las que permanecen bajo este riesgo latente de ser masacrados por los grupos paramilitares que han venido agrediendo nuestra autonomía, por ello, en este momento más que nunca, les pedimos alcen la voz para no permitir que suceda una tragedia de la magnitud de Acteal, en Chiapas o Aguas Blancas en Guerrero.”
 
No podía quedar más clara la situación de postración colonial en el país, nuestro carácter de Banana Republic, pues empresas que quieren oro, plata, petróleo, electricidad a costa de la vida de los mexicanos tienen carta abierta. Y cualquier intento de autonomía, es decir de libertad, se puede pagar con la vida, como ocurre en la zona triqui, y como ocurre con las autonomías indígenas y campesinas cercadas por paramilitares, por la policía, por el ejército, con la complicidad de gobiernos de todos los partidos, PAN, PRI y PRD.
 
Ahí está el resultado de seguir apoyando a una clase política cuya verdadera función en el poder es servir a tales intereses coloniales: Copala en manos de paramilitares, el plantón de Copala en Oaxaca desplazado por el gobierno priista y el de México acosado por el gobierno de Marcelo Ebrard. Ante ello, los movimientos han contestado con cartas, pronunciamientos, como los editores de Ojarasca, la Coordinadora de Organizaciones Sociales del Sur de Veracruz, MAIZ y UCIZONI, pero como dijera Andrés Contreras: Hace falta hacer algo más que el reenvío de un corro electrónico. Hoy son los triquis de Copala, asesinados por sus propios hermanos en aras de abrir paso a la neocolonización… mañana, todos los mexicanos afectados ambientales, damnificados sociales, perseguidos políticos, exiliados internos o externos, colonizados económica y mentalmente.
 
Por el momento, junto con las voces que ya se han alzado, decimos: ¡Alto a la masacre en San Juan Copala!
Fuente, vìa :
http://www.kaosenlared.net/noticia/mexico-copala-nuestra-condicion-colonial

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