Los habitantes de Rapa Nui (la mítica Isla de Pascua) tronaron contra
el gobierno chileno… Desde hace poco más de un mes empezaron a “tomar”
terrenos que habían sido dados en préstamo a las autoridades para que
realizaran obras de beneficio colectivo y que, en vez de eso, han
empezado a ser vendidas a particulares. El conflicto sube de tono y
ahora los dueños originales de las tierras, que se sienten traicionados,
comienzan a esgrimir una nueva arma: la “independencia”.
HANGA ROA, RAPA NUI.- Los rapanuis se sienten traicionados por el
gobierno chileno… Ellos, habitantes de la Isla de Pascua, lo acusan de
lucrar con terrenos que le prestaron de buena fe. Por lo pronto, los
clanes de los isleños de Rapa Nui “tomaron” los predios de los que son
dueños originales y empiezan a hablar de independizarse.
Los actos de recuperación de tierra se iniciaron el 27 de julio: el
clan Tuki, encabezado por Ana Lola Tuki, de 84 años, ocupó la
casa-oficina que el Ministerio de Bienes Nacionales tiene frente a la
Gobernación de Rapa Nui.
Desde entonces, acciones similares se han extendido por todo Hanga
Roa, capital de la isla. Esta población de 4 mil habitantes está llena
de banderas rapanuis, cuyo símbolo es una canoa que evoca los viajes de
los primeros colonizadores polinesios de esta isla, famosa por sus
esculturas monumentales, las moais.
En las ocupaciones o tomas los rapanuis instalan tiendas de campaña
comunales donde celebran asambleas y reflexionan respecto a los pasos a
seguir para que el gobierno y la sociedad chilenos entiendan su lucha y
les devuelvan las tierras.
En la Plaza de la Gobernación está el campamento del Parlamento Rapa
Nui, entidad cuya importancia crece en la misma medida en la que se
desdibuja el otrora relevante Consejo de Ancianos, liderado por Alberto
Hotus. Las instalaciones del parlamento constan de tres tiendas de
campaña hechas de madera, latas y hojas de palmera. En su interior, una
docena de militantes monta guardia mientras ve antiguas películas
estadunidenses.
En conversación con Proceso el presidente del Parlamento Rapa Nui,
Leviante Araki, asegura que Chile “no ha cumplido con el acuerdo de
voluntades de 1888” por el que Pascua se incorporó a su territorio.
Afirma que de no solucionarse cuanto antes el problema de las tierras y
de no darse facilidades para que en Pascua haya un autogobierno, el
pueblo rapanui impulsará la independencia de esta isla.
El Parlamento Rapa Nui ha avanzado en las conversaciones con
representantes de los 15 países independientes de Polinesia con los que
busca formar una federación de naciones. Numerosos letreros escritos en
rapanui, inglés y español en la Plaza de la Gobernación dan cuenta del
anhelo independentista de los isleños. Araki sostiene que un buen modelo
para ellos es el de la Comunidad de Estados Independientes que formaron
15 repúblicas de la antigua Unión Soviética en 1991. Es decir que se
plantean ser una nación independiente sin buscar la ruptura total.
Las posturas independentistas no son mayoritarias en la isla, pero la
influencia del Parlamento Rapa Nui crece, en gran medida por el
desapego que los gobiernos chilenos han mostrado hacia esa parte de su
territorio.
Marisol Hito, vocera de los clanes inconformes, sostiene en
entrevista con este semanario que la mayoría de esos grupos quieren
solucionar los problemas dentro de la institucionalidad chilena. No
obstante expresó que “en la medida en que el Estado de Chile se
desentienda de sus responsabilidades con nosotros, las fuerzas
independentistas van a ir adquiriendo más y más fuerza. Es por eso que
el Estado chileno debe dejar su política de avestruz, restituir nuestras
tierras y permitir que se generen las condiciones para que podamos
decidir los asuntos que nos competen”.
Hito afirma: “Aunque queremos seguir siendo parte de Chile es una
causa común profundizar los vínculos con la Polinesia… eso nadie lo
puede prohibir puesto que los rapanuis somos polinesios”.
En las ocupaciones no ha habido hechos violentos, pero varias cabezas
de clanes familiares han expresado que defenderán con su vida las
tierras recuperadas. Incluso tienen un grupo de choque formado por los
yorgos, rapanuis que visten ropa de combate, andan a caballo o en
camionetas, son buzos hábiles y tienen equipos de comunicación. Basan su
orgullo en su disposición a la lucha y su destreza guerrera. No
obstante estos mecanismos de defensa, entre las familias y entre los
mismos yorgos priva el deseo de que el conflicto se resuelva
pacíficamente.
El pasado 4 de agosto el gobierno chileno envió 160 efectivos del
Grupo de Operaciones Especiales (Gope, policía militarizada) para
respaldar las gestiones que por esos días hacía el intendente de la
región de Valparaíso (a la que pertenece Pascua), Raúl Celis, quien
quería forzar la desocupación de los terrenos. No lo logró y eso le
costó el puesto al gobernador de Pascua, Pedro Edmunds Paoa, quien
renunció el 8 de agosto.
Contrariamente a lo que se ha informado en Chile, los gopes no se
desplegaron por las calles de Hanga Roa. Están acuartelados. Pero las
noticias sobre la militarización de la Isla de Pascua se han traducido
en una notable disminución del flujo turístico.
La lucha es por la tierra
En carta enviada al presidente Sebastián Piñera el pasado 31 de
agosto, firmada por Leviante Araki y Marisol Hito, los rapanuis exigen
“la inmediata restitución de (sus) tierras”. Aseguran que éstas “les
fueron solicitadas con objetivos de bien común y ahora están siendo
vendidas a privados por el Estado, que sólo las tenía prestadas”.
Entre los terrenos reclamados están los que ocupan el Registro Civil,
el aeropuerto Mataveri, la sede del Ministerio de Bienes Nacionales,
Entel (empresa privada de telecomunicaciones), la Empresa de
Abastecimiento de Zonas Aisladas (Emaza), el hotel Hanga Roa e incluso
la Plaza de la Gobernación.
En entrevista con Proceso, la jefa de familia María Reina Púa Coretto
Haoa, de 85 años, quien mantiene tomada la distribuidora Emaza,
sostiene que “este terreno me lo regaló mi abuelo con mi abuela (…)
Cuando mi hijo era alcalde (se refiere a Alfonso Rapu quien ejerció ese
cargo de 1966 a 1971) aquí no había auto ni nada y toda la gente tenía
que ir muy lejos, afuera del pueblo, a comprar provisiones a la ECA
(Empresa Comercial y Agrícola). Mi hijo me pidió mi terreno para que
este centro de provisiones pudiera instalarse más cerca del pueblo”.
La núa explica que accedió a prestar su predio para facilitar la vida
de los isleños a fin de que no tuvieran que caminar la gran distancia
que había hasta el sitio donde compraban comida al barco que llegaba a
la isla una vez al año. Asegura que no recibió nada a cambio de esta
cesión: “Ni un rollo de Confort (papel higiénico)”.
A pesar de esto el Estado de Chile fue transfiriendo la propiedad de
este terreno a otras instancias que se dedican también al abastecimiento
de Isla de Pascua. En la actualidad está en manos de Emaza.
“Hace poco supe que Emaza va a desaparecer”, continúa la matriarca,
“y que el fisco piensa vender este terreno a privados siendo que es mío y
yo no se los he vendido. Cuando me di cuenta de esto bajé desde mi casa
–el 7 de agosto– y vine a recuperar mi terreno y aquí me voy a quedar
hasta que muera.”
Algo similar es lo que ocurrió con la familia Hito, cuya reclamación
pone en riesgo la existencia del hotel Hanga Roa, el único de seis
estrellas proyectado en Chile. El 7 de enero de 1970 Verónica Atamu
Pakomio, viuda de Ricardo Hito, hizo “una cesión de derechos eventuales”
al fisco de Chile de 6.7 hectáreas entre Hanga Roa y el borde costero.
Una península con vista a gran parte de la isla.
La viuda de Hito dio esta cesión o préstamo luego de que
representantes del gobierno le solicitaran la tierra para construir un
hotel, con el argumento de que el proyecto significaría un gran
desarrollo para la isla. Como permuta se le construyó una pequeña casa
en otro predio de su propiedad. Verónica Atamu no dominaba el español
hablado o escrito, pese a que el contrato de cesión decía que sí.
En diciembre de 1970 el fisco chileno, amparado en la inscripción de
la totalidad de las tierras de Pascua –que se hizo en 1933 ante el
Conservador de Bienes Raíces de Valparaíso– decidió traspasar el terreno
de Verónica Atamu a la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo).
En diciembre de 1974 la Corfo inauguró el hotel Hanga Roa y en 1981
se lo vendió a Hugo Salas Román, quien pagó por él 31 millones de pesos.
Salas se convirtió en el único no rapanui poseedor de terrenos en la
isla. Con esto se violó la Ley Pascua de 1966.
En 2005 Salas traspasó la propiedad de esta tierra a la Sociedad
Hotelera Interamericana, controlada por Christoph Schiess. Se hizo la
transacción a sabiendas de que las tierras eran reclamadas por los
Hito.
Según afirma a este semanario Marisol Hito –desde el vestíbulo del
hotel– su familia proyecta levantar en este lugar “un centro de
educación y cultura rapanui, que sea luz de un nuevo tiempo, en el que
se respeten los derechos humanos y la diversidad cultural y donde
nuestra cultura, que tanto tiempo ha permanecido escondida o convertida
en una postal, pueda desplegarse en toda su intensidad”.
En torno al hotel Hanga Roa se ha tejido una cadena de intereses. Los
Schiess son socios de Daniel Platovsky en la empresa comercializadora
Mellafe y Salas. Platovsky es considerado hombre de confianza del
presidente Piñera y éste lo hizo director de la Sociedad Agrícola y
Servicios Isla de Pascua (Sasipa), empresa estatal que maneja la carga y
descarga de barcos y la administración de las mejores tierras isleñas.
Los rapanuis creen que Platovsky intenta privatizar la isla. Esto es:
disponer de las mejores tierras para construir canchas de golf, casinos
y centros vacacionales. El hotel Hanga Roa sería otro eslabón en este
plan.
Fuente, vìa :
http://www.proceso.com.mx/rv/modHome/detalleImpreso/152175
http://www.proceso.com.mx/rv/modHome/detalleImpreso/152175
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