domingo, 12 de septiembre de 2010

Chile: Rapa Nui. Esclavitud, enfermedades y abusos . Francisco Marín . Desde el 5 de abril de 1722, día de Pascua de Resurrección, cuando el holandés Jacob Roggeveen llegó, la isla fue visitada por aventureros y balleneros europeos, quienes supusieron que si la isla carecía de dueño, sus habitantes podían ser esclavizados.

HANGA ROA, RAPA NUI.- De finales del siglo XIX a 1966, cuando la Armada cedió al gobierno central de Chile la administración de la Isla de Pascua (Rapa Nui), su pueblo fue objeto de una "violación generalizada de los derechos humanos", según denunciaron los clanes isleños en carta dirigida al presidente Sebastián Piñera el pasado 30 de agosto.
Desde el 5 de abril de 1722, día de Pascua de Resurrección, cuando el holandés Jacob Roggeveen llegó, la isla fue visitada por aventureros y balleneros europeos, quienes supusieron que si la isla carecía de dueño, sus habitantes podían ser esclavizados.
A mediados del siglo XIX muchas naves de esclavistas incursionaron en la isla y se llevaron a casi toda su población a las minas de Perú. Francia, con hegemonía en gran parte de Polinesia, puso freno al tráfico de esclavos y dio facilidades para que los sobrevivientes fueran repatriados.
Apenas una docena de sobrevivientes regresó a Rapa Nui, pero llevaron con ellos la viruela y la tuberculosis. Los rapanuis estuvieron a punto de desaparecer. Según censo realizado por misioneros de la Congregación del Sagrado Corazón, en 1877 sólo quedaban 111 de los casi 10 mil habitantes originales.
En 1868 se asentó en la isla el esclavista francés Jean Baptiste Dutrou Bornier, quien formó el Consejo de Estado de Rapa Nui y se erigió en gobernante de la isla. Su propósito era hacer de Pascua una gran estancia ovejera. Fundó la villa de Santa María de Rapanui, hoy Hanga Roa, en la que confinó a la población originaria que había sobrevivido. Mandó levantar un muro de piedra entre los dos sectores de la isla y castigaba con la tortura y la muerte a quien violara esa barrera.
Bornier, además, nombró administrador de su estancia a Percival Edmundo –recordado como un asesino desalmado–, bisabuelo de Pedro Edmunds, exgobernador de Isla de Pascua. Entre los isleños, Percival era conocido como Pito Pito y aún está presente en el inconsciente colectivo.
En entrevista con Proceso, Negro Tepano Hito dice: "Pito Pito era muy malo. Llegaba a tu casa, andaba armado, te sacaba y él se acostaba con tu mujer, y tú afuera como un perro. Era lo mismo que la película Raíces… tú preguntabas algo y él te disparaba".
Agrega: "Eso era tiempo de esclavos, amigo… pero igual no morimos todos…. Quedó el brote…. 120 rapanui éramos… si no hubiera brotado el árbol, se acaba todo", dice en alusión al brutal descenso de la población fruto de la explotación esclavista.
–¿Cómo fue el fin de Pito Pito?
–Él iba a una casa que está en Mataveri, quería estar con una mujer que estaba recién casada… Su esposo se escondió, hizo como que no estaba. Los guardias que acompañaban a Pito Pito se quedaron afuera pensando que no había nadie. Cuando Pito Pito entró, se abalanzó sobre la mujer que estaba en la cama desnuda; en ese momento su marido le enterró un huki (un hierro alargado con punta) por el ano.
Tepano dice que si sus antepasados rapanuis no hubieran matado a Pito Pito, su pueblo habría desaparecido.
En 1888 se firmó el Acuerdo de Voluntades mediante el cual el Estado de Chile se anexó la isla.
Según se consignó en 2003 en el Informe de la Comisión de Verdad Histórica y Nuevo Trato a los Pueblos Indígenas (encabezada por el expresidente Patricio Aylwin), "el 9 de septiembre de 1888 se firmó un documento de cesión y una proclamación, ambos redactados en español y en una mezcla de rapanui y tahitiano antiguo. El texto en rapanui y tahitiano difiere en puntos sustanciales con el español. Éste habla de cesión de tierras pero el otro usa el concepto de "amigo del lugar"… No se habla de ceder tierras o su propiedad".
En la tradición oral rapanui se entiende el gesto simbólico del rey Atamu Tekena al momento de sellar el acuerdo. "Cogió un trozo de pasto con tierra, entregándole el pasto a los comisarios, quedándose ellos con la tierra, queriendo decir con esto que otorgan la soberanía al gobierno chileno, pero se reservan el derecho inalienable y ancestral de su tierra", según se expresa en el informe.
El acuerdo establecía la cesión de soberanía de la isla a favor del Estado chileno, que se comprometía a dar educación y desarrollo a los isleños, quienes mantenían los derechos de propiedad sobre la mayor parte de la tierra. El fisco chileno tendría sólo unas 2 mil hectáreas compradas a la misión católica y a los descendientes de Bornier. Las 14 mil hectáreas restantes seguirían siendo propiedad de los isleños. Sin embargo, Chile se sintió propietario de toda la isla, con la salvedad de las parcelas de los rapanui.
En 1897 Chile arrendó su parte de la isla al estanciero Enrique Merlet, quien, en la práctica, se convirtió en el gobernante del territorio.
Una historia de sometimiento
En 1903 Merlet se asoció con la empresa Williamson & Balfour y se creó la Compañía Explotadora de la Isla de Pascua.
En los treinta se empezó a usar la isla como sitio de reclusión política. Uno de los desterrados, el socialista Carlos Charlin, relata en su libro Del avión rojo a la república socialista: "En la vida natural de los isleños (…) se carecía de agua potable y sólo la lluvia proveía del vital elemento; no se conocía ningún medio de iluminación casera, porque las velas o bujías eran un lujo que no estaba al alcance del dinero que obtenían los isleños en las labores de la esquila de las ovejas, trabajo estacional de un mes al año, única forma de ingreso para hombres y mujeres. Se desconocía por completo la asistencia médica y sanitaria".
También les estaba prohibido pescar, hablar rapanui y cruzar la cerca de alambre de púas que la Williamson & Balfour instaló para evitar que los rapanuis pisarán "su territorio". Los delegados de la Armada chilena toleraron estos abusos.
Como subrayan los clanes firmantes de la carta enviada a Piñera: "El Estado inscribió en 1933, como si fuera suya, la totalidad del territorio de la isla. Este hecho está en el origen del problema que hoy nos afecta. Hasta 1966 no teníamos ciudadanía chilena. Hasta entonces estábamos confinados en un pequeño sector de la isla, con la prohibición de salir de éste, siendo objeto de castigos cuando lo hacíamos. Nos quisieron exterminar, cientos de personas sanas fueron enviadas al leprosario como método de castigo o por no acceder a los favores sexuales que solicitaban jefes de la Armada. En la práctica fuimos reducidos a la esclavitud".
Entre 1953 y 1965 la isla fue gobernada por la Armada. Los abusos continuaron.
En entrevista con Proceso, Alfonso Rapu, líder del movimiento que acabó con la semiesclavitud de los rapanuis, narra: "Se obligaba a los rapanuis a trabajar todos los lunes en beneficio de la Armada y del personal que tenía en la isla –práctica conocida como el lunes fiscal–. Si uno se negaba, te castigaban (…) A mi hermano Carlos Rapu se le castigó con 50 azotes por discutir con un infante".
De 1888 a 1966 los rapanuis carecieron de derechos. No tenían nacionalidad, no podían viajar al continente ni tener pasaporte ni circular libremente dentro de la isla.
En 1964 hubo una serie de manifestaciones. "Empezamos a denunciar que estábamos abandonados, que estábamos sin trabajo, que estábamos declarados una isla de leprosos", afirma Rapu.
Pero la Armada creyó que se trataba de un movimiento que buscaba unir a Rapa Nui con la Polinesia Francesa. Envió el buque de guerra Yelcho con 80 infantes –conocidos en Pascua como cosacos– cuya misión era acabar con el supuesto movimiento emancipador.
Por instrucciones de Rapu, los cosacos fueron recibidos por cientos de mujeres, con danzas y ramos de flores. Ante esa puesta en escena los infantes de marina bajaron los fusiles. Rapu permaneció un mes en la clandestinidad. Luego se entregó para encontrar una salida negociada al problema de la isla.
El 5 de enero de 1965 el diario La Nación, de Santiago, publicó una carta de Rapu y sus compañeros en la que se denunció el estado de abandono de los isleños. Se desató entonces un debate político sobre la situación de los rapanuis que rindió frutos: se les permitió circular por la isla, se les dio la ciudadanía chilena y tuvieron derecho a votar. En 1966 celebraron sus primeras elecciones y eligieron alcalde a Alfonso Rapu.
A pesar de esto, Chile no solucionó el problema principal: la restitución de las tierras, que es lo que ahora tiene movilizado al pueblo rapanui.
Proceso
06/09/2010 

Esclavitud, enfermedades y abusos - Proceso - 2010


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