Una
fenomenal concentración de riquezas en pocas manos que pone en
evidencia la necesidad de una profunda reforma impositiva no solamente
en Santa Fe, si no también en el país.
Pero
detrás de estos números que rayan la obscenidad existen historias de
trabajadores, de contaminación ambiental, diversas impunidades y
contrastes con la crónica social de los pueblos donde estas firmas están
asentadas. Como diría Raúl Scalabrini Ortiz, una vez más se confirma
que los números son las vísceras de la sociedad. Detrás de estos nombres
y estas cifras asoman los mecanismos del sistema capitalista en estos
arrabales del mundo.
A principios del año del
bicentenario, las empresas Aceitera General Deheza, Toepfer, Bunge,
Cargill, Dreyfus, Nidera, Noble, Terminal 6 y Minera Alumbrera acusaron a
la Cooperativa de Trabajos Portuarios de Puerto General San Martín de
pretender recomposiciones tarifarias “desproporcionadas”, “carentes de
toda lógica” y que “solo un tercio de esa plata va a parar a los
bolsillos de los trabajadores que son socios de la cooperativa”, según
se publicó en el diario La Capital el lunes 22 de marzo.
Según
dice Dan Morgan en su célebre investigación “Los traficantes de granos.
La historia secreta del pulpo mundial de los cereales: Cargill, Bunge,
André, Continental y Louis Dreyfus”: “Las firmas cerealeras no dan por
sentado que el público tenga derecho saber nada acerca de lo que hacen” y
que “las casas que comercian con granos son oligopolios privados,
centralizados, que no publican declaraciones financieras. No hay
accionistas públicos, cosa que limita enormemente la obligación de
difundir informaciones. La propiedad de las compañías se encuentra en
manos de siete de las familias más ricas y menos comunicativas del
mundo, y esas mismas familias tienen en sus manos la operatividad de las
compañías. Muy pocas personas controlan, en la cúspide, las
informaciones y la adopción de decisiones”, sostiene el periodista y
escritor.
Esas afirmaciones se comprueban en la
vida cotidiana de los que realmente producen las riquezas de esas
empresas en el sur de la provincia de Santa Fe. De acuerdo al ranking de
las mil empresas que más venden en la Argentina recientemente publicado
por la revista “Mercado”, en su número 1.107 de junio de 2010, las
cifras de estas firmas están muy por encima de lo les pagan a sus
trabajadores por mes.
Los números
*Cargill vendió durante 2009 por 14.150 millones de pesos, a razón de 27.295 pesos por minuto.
*Bunge, 10.000 millones de pesos, a razón de 19.290 pesos por minuto.
*Aceitera General Deheza, 9.200 millones de pesos, es decir 17.747 pesos por minuto.
*Dreyfus, 8.120 millones de pesos, 15.667 pesos cada sesenta segundos.
*Minera Alumbrera, 4.954 millones de pesos, por lo tanto 9.556 pesos por minuto.
*Nidera, 3.500 millones de pesos, 6.751 pesos cada sesenta segundos.
*Toepffer, 1.150 millones de pesos, un total de 2.218 pesos por minuto.
*Noble, 1.030 millones de pesos, 1.986 pesos por minuto.
Un
total de 52.104 millones de pesos, alrededor de 13 mil millones de
dólares durante el 2009 que fue uno de los peores años por la crisis
financiera que afectó las principales economía del planeta.
Acá abajo, cerca de las raíces, como diría Mario Benedetti, esos números fueron construidos por los trabajadores del sector.
Los
salarios de los que hicieron posible semejante negocio para estas
firmas representan una ínfima proporción en relación a estos ingresos:
para Cargill, el costo laboral representa apenas el 0,58 por ciento;
para Dreyfus, el 0,23 por ciento; para Bunge, el 0,47 por ciento y el
1,54 por ciento para Nidera; según datos de la Escuela de Estadísticas
de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de
Rosario, citados por la Federación de Trabajadores del Complejo
Industrial Oleaginoso, Desmontadores de Algodón y Afines de la República
Argentina.
Es decir que las ocho empresas que
exportan 13 mil millones de dólares en un año gracias a sus trabajadores
invierten solamente un 1,94 por ciento del total de sus erogaciones.
En
el caso de los estibadores la cuestión es peor porque el salario de los
jornaleros apenas representa un cinco mil de las utilidades de las
empresas radicadas sobre el caudaloso Paraná.
El
preámbulo de la Constitución Provincial de Santa Fe, vigente desde
1962, dice que es función del Estado “…asegurar los derechos
fundamentales del hombre; mantener la paz interna; afianzar la justicia;
estimular y dignificar el trabajo; proveer a la educación y la cultura;
fomentar la cooperación y solidaridad sociales; promover el bienestar
general; impulsar el desarrollo económico bajo el signo de la justicia
social…”, entre otras cuestiones.
La pregunta
que estalla frente a estas cifras es cómo se hace para impulsar
semejante desarrollo económico bajo el signo de la justicia social de
una buena vez en el territorio santafesino.
El poder de Terminal 6
Un servicio portuario eficiente es un factor positivo para el crecimiento de las cosechas.
Esa
es la frase con que la empresa Terminal 6 define lo que llama: “Nuestra
filosofía”, cuando presenta sus virtudes en la página web.
La eficiencia, por supuesto, no se detiene en menudencias tales como la seguridad de sus trabajadores.
El
primero de julio, ocho operarios sufrieron algún tipo de quemaduras
leves como consecuencia de un accidente que la empresa definió como
"deflagración" (explosión menor de corto alcance) en un horno secador,
conocido como Toster, en la planta aceitera que Terminal 6 de Puerto
General San Martín.
El hecho se produjo poco
después de las nueve de la mañana, cuando un grupo de operarios se
encontraba reparando el Toster que se utiliza para el secado y
enfriamiento de cereales y, por causas que se investigan, se produjo el
incidente.
Según fuentes empresariales las
heridas no fueron de gravedad, y los obreros fueron trasladados al
Sanatorio Británico de Rosario. Apenas se produjo el accidente llegaron
al lugar los Bomberos de Prefectura Naval Argentina y Zapadores de la
Unidad Regional XVII, quienes rápidamente sofocaron un principio de
incendio, que no se propagó al resto de la planta.
En
el marco del Pamge (Plan de Ayuda Mutua ante Grandes Emergencias),
llegaron al lugar más de media docena de ambulancias. Sin embargo,
algunos de los heridos ya habían sido trasladados en remises a Rosario.
Seis
de los trabajadores heridos pertenecen a la contratista Sergem, y los
otros dos son empleados directos de Terminal 6. Pablo Reguera,
secretario general del gremio aceitero, sostuvo que "hay dos compañeros
que tienen quemaduras en el rostro, pero están todos fuera de peligro;
incluso, algunos ya volvieron a sus casas".
El
Toster se usa para eliminar los solventes que se usan en la extracción
de aceites en los cereales. Según el informe preliminar que los
encargados de seguridad de la planta brindaron al gremio, la noche del
miércoles habría tenido algún inconveniente en su funcionamiento.
El
personal del turno mañana fue el encargado de los trabajos para
desobstruir el Toster, pero a minutos de iniciadas las tareas se produjo
la deflagración."Queremos ver qué dicen las pericias sobre cuáles
pudieron ser las causas de este incidente, que no trajo consecuencias
graves", sostuvo Reguera. Personal de Prefectura y responsables de
seguridad e higiene de la empresa permanecieron varias horas en el
interior de la planta, buscando las causas del siniestro.
Terminal
6, es propiedad de Aceitera General Deheza (AGD). La planta de Puerto
San Martín está en una zona totalmente alejada del casco urbano de la
ciudad de Puerto.
Según la investigación
preliminar realizada por el equipo de Seguridad y Medio Ambiente indica
que el accidente fue ocasionado por una deflagración.
"Durante
el transcurso de la mañana del día de hoy, jueves 1º de julio, se
produjo un accidente en la planta de molienda. La investigación
preliminar realizada por el equipo de Seguridad y Medio Ambiente indica
que el accidente fue ocasionado por una deflagración (explosión menor de
poco alcance). El accidente ocasionó 8 heridos que se encuentran fuera
de peligro y están siendo atendidos en el Centro de Quemados del
Sanatorio Británico en Rosario. Ningún colaborador presentó lesiones de
gravedad y fueron asistidos por el personal médico y de seguridad de la
empresa. Los planes de emergencia se activaron de inmediato dando
respuesta efectiva ante lo sucedido. En el complejo las operaciones
continúan desarrollándose con normalidad, tomando la precaución
necesaria en la zona afectada" informaron desde la empresa.
Lo
que no dijo la empresa es que el secretario de Salud Pública de Puerto
San Martín, doctor Mario Galimberti, no fue autorizado a ingresar a la
planta por decisión exclusiva de esta unión de grandes aceiteras y que
además trabaja con la exportación del oro, cobre y sesenta metales más
que extrae Minera La Alumbrera por uno de sus muelles.
¿Por qué no dejaron que el secretario de Salud Pública ingresara a Terminal 6?.
¿Por qué el poder económico de la empresa es superior al poder político de la ciudad?.
Como
queda dicho más arriba, el grupo Bunge facturó durante el año pasado
nada menos que 10 mil millones de pesos, a razón de 19.290 pesos por
minuto.
En el caso de Aceitera General Deheza
del senador justicialista Roberto Urquía, vendió por 9.200 millones de
pesos, es decir 17.747 pesos por minuto. Y Bajo La Alumbrera, facturó
4.954 millones de pesos, nada menos que 9.556 pesos por cada sesenta
segundos.
Es decir que no falta dinero para
hacer las necesarias inversiones en higiene y seguridad industrial para
cuidar, si es que les interesa, la vida de los trabajadores que son los
que generan semejante volumen de negocios.
Frigoríficos
El
frigorífico Mattievich confirmó el pasado 12 de julio el cierre de su
planta de Puerto San Martín, que tiene 180 empleados. El gerente general
de la compañía, Jorge Torelli, precisó que se intentará la reubicación
de la mayor parte de los obreros.
Torelli
señaló que ante el escenario del acuerdo macro realizado a nivel
nacional entre la Federación de Trabajadores de la Industria de la Carne
y el Ministerio de Trabajo de la Nación —mediante el cual la cartera
laboral comprometió el pago de los subsidios salariales adeudados para
destrabar el conflicto que provocó la paralización del Mercado de
Liniers— se abre una nueva instancia.
Pero
ahora la prioridad es acceder a los subsidios nacionales y en primera
instancia “salvar” —según dijo Torelli— la planta exportadora que la
firma tiene en Carcarañá.
“La empresa de Puerto
San Martín se encuentra en el marco de un procedimiento de crisis y en
ese sentido y ante lo díficil de la situación, el Ministerio de Trabajo
actuó rápidamente”, dijo Torelli y explicó se están estudiando distintas
salidas para evitar despidos.
“La situación es
preocupante, las empresas están con hasta un 40% de capacidad ociosa.
Por caso, la planta de Carcarañá tiene una capacidad de faena de 400
animales diarios y estamos faenando 35”, dijo y recordó que esto es
producto de “la falta de animales”. Torelli explicó que la intención de
la firma es esencialmente “salvar las tres plantas exportadoras de mayor
porte (Rosario, Carcarañá 2 y Puerto San Martín) dado que las
destinadas al consumo interno consumeras) todavía se pueden sostener”,
señaló. Esta información publicada en el diario “La Capital” muestra el
cinismo de algunas empresas.
De acuerdo al
ranking de las mil empresas que más vendieron en la Argentina durante el
año 2009, el Frigorífico Mattievich, cuyos principales accionistas son
José Emilio Esteban y Antonio Rogelio Mattievich, ocupó el lugar 960,
llegando a vender por un monto de 145 millones de pesos, alrededor de
280 pesos por minuto.
En el año 2008, la misma empresa facturó por 141 millones de pesos, es decir que sus cuentas no están mal, ni mucho menos.
¿Por qué ahora recurre al procedimiento de crisis?.
¿Por qué no puede seguir “aguantando” a los trabajadores que hicieron posible semejante volumen de producción y ventas?.
Mala leche
Los
trabajadores nucleados en Agrupación de Trabajadores Lácteos 7 de
Febrero de Rosario se concentraron el martes 8 de junio en la sede local
del Ministerio de Trabajo provincial con el objetivo de reclamar la
reincorporación de cinco trabajadores despedidos del depósito que SanCor
tiene en la Cuna de la Bandera.
“Rechazamos de
plano el accionar de la empresa, que se ve reflejado también en la
conflictiva situación que viven los trabajadores de Cotar. SanCor quiere
cerrar el centro de distribución de Rosario y ya ha llevado a la
quiebra a Cotar. No permitiremos que por los intereses patronales 300
obreros queden en la calle”, señala un comunicado de la Agrupación de
Trabajadores Lácteos 7 de Febrero.
Desde este
sector gremial, que está en medio de una pelea interna con la conducción
nacional de Atilra, señalaron que dos de los empleados despedidos el
pasado 17 de mayo, Pedro Estrada y Ariel Chávez, eran miembros de
comisión de la antigua seccional Rosario de la Asociación de
Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra)
que fue intervenida después de los incidentes de diciembre del 2008, y
otros dos estaban postulados para delegados en la lista opositora a la
del Consejo Directivo nacional en las elecciones que se realizaron el
año pasado en la localidad de El Trébol.
Héctor
Romero, uno de los delegados del centro de distribución de SanCor en
Rosario, donde trabajan 98 operarios, advirtió que la empresa cerró
nueve sucursales en todo el país, tiene pensado trasladar al resto de
los empleados de Rosario a la planta de Gálvez.
Los
conflictos internos en este sector explotaron el 3 de diciembre de
2008, cuando en las inmediaciones de la sede de Atilra se enfrentaron
dos sectores, cuyo resultado fue la muerte del cordobés Hugo Cornejo,
quien falleció a causa de un disparo.
Luego, en
abril de 2009 se realizó una asamblea general extraordinaria de
delegados congresales de la Asociación de Trabajadores de la Industria
Láctea, en la que se aprobó la expulsión de los dirigentes involucrados
en los incidentes. Se disolvió la seccional Rosario del gremio, que
estaba a cargo de este sector alineado con la Central de Trabajadores de
la Argentina (CTA), y los afiliados de esa delegación pasaron a la
seccional de El Trébol.
Más allá de las lecturas periodísticas sobre el conflicto gremial, la responsable de los despidos es la empresa SanCor.
Una firma que no tiene problemas de plata.
De
acuerdo al ranking de las mil empresas que más venden en la Argentina,
Sancor ocupa el lugar 65 y facturó durante el año 2009, nada menos que
2.505 millones de pesos, a razón de 4.832 pesos por minuto. Un poder
económico que, obviamente, tiene capacidad de maniobra política y
gremial.
En “Leche hervida”, boletín de los
trabajadores de la industria láctea, número uno de la segunda época, los
obreros escribieron una nota titulada “Derechos 0 por ciento” que
resumen la política de SanCor de los últimos años.
“Retiro
voluntario, plan de retiro voluntario prejubilatorio, reestructuración
de personal, han sido los nombres elegidos por la empresa para lo que
terminó significando la pérdida de mil quinientos puestos de trabajo en
cuatro años”, apunta la publicación.
Fuente, vìa :
http://www.argenpress.info/2010/09/memoria-del-saqueo-mas-que-dinero.html
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