miércoles, 26 de mayo de 2010

Mèxico Derechos Humanos : Copala, paramilitares acosando a un pueblo en resistencia

El de Felipe Calderón, es un gobierno sin legitimidad y frágil en muchos sentidos. El pueblo, en este momento, tendría un campo fértil para avanzar en la construcción de un mejor país, sin embargo, el movimiento social en este momento también es débil, está poco organizado, y tiene encima un gigantesco cerco mediático y duras represiones que le impiden caminar a paso firme.  La manera que Calderón ha utilizado para continuar en la silla presidencial, ha sido el garrote y la violencia, el asesinato, la persecución, la cárcel. Los militares no son agentes de protección a la soberanía de la nación. Se  han convertido en agentes del terror hacia el pueblo. Ahí están, como “daños colaterales” de la guerra contra el narco, los estudiantes masacrados en Salvarcar, los niños muertos en el retén de Nuevo León, los miles de desaparecidos, secuestrados y levantados. En este escenario, las policías federales y estatales, son usadas, más que para generar seguridad, para impedir la movilización, desalojar plantones de protesta, encarcelar dirigentes sociales, etc. Atenco y el SME son prueba de este uso faccioso de la fuerza pública.
Pero hay otro mecanismo, del que poco se habla en los medios de comunicación, pero que existe y es uno de los favoritos del gobierno para aplastar la rebeldía del pueblo. Son los paramilitares, resultado de la descomposición social existente, mercenarios al servicio del poder, armados y dispuestos a usar las formas más viles y crueles para sembrar miedo e inmovilidad entre las comunidades. Aunque Ciro Gómez, Javier A la Torre o Joaquín López Dóriga no lo digan, existen y están secuestrando, extorsionando y asesinando gente. Prueba de ello es la masacre ocurrida en el municipio autónomo de San Juan Copala, Oaxaca.
Esa comunidad, hoy conformada por unos 700 indígenas triquis, está enclavada en la mixteca oaxaqueña. Desde hace años sufre la pugna entre grupos por el control de los poderes municipales. Principalmente, a causa de que el PRI se niega a perder el control de la región, y para impedirlo, creó en 1994 a la llamada Unión de Bienestar Social para la Región Triqui (Ubisort), grupo paramilitar dotado de armamento de alto poder, que ha sido capaz de cometer todo tipo de crímenes contra la población, al grado que en los últimos 15 años del conflicto, más de la mitad de los habitantes ha tenido que huir a otros estados de la república o hacia Estados Unidos.
Este grupo paramilitar priísta, Ubisort, impidió el 28 de noviembre del año pasado, que los campesinos del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de Atenco visitaran la comunidad durante el recorrido de la segunda etapa de la campaña “libertad y justicia para Atenco”. Un día después, el 29 de noviembre, las instalaciones municipales y el albergue infantil fueron baleados, quedando muerto un niño, y desde ese día. Unos días después, el 10 de diciembre, un puñado de paramilitares de Ubisort, fuertemente armados, asaltó el municipio y desalojó a las autoridades autónomas.
El 10 de marzo, niños y mujeres de la comunidad autónoma, con gran valentía, retomaron el edificio. Acto siguiente, la comunidad fue baleada por los furiosos priístas, quedando herida una señora de 64 años y obligando al desplazamiento a muchas familias de San Juan Copala. Cerró la oficina de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, cerró el centro de salud, cerraron las escuelas… el cerco de Ubisort contra la comunidad, ha dejado a sus habitantes con una extrema escasez de agua y alimentos.
En medio de esa situación, profesores y miembros de organizaciones defensoras de  los derechos humanos en Oaxaca decidieron convocar a la Caravana de Apoyo y Solidaridad con el Municipio Autónomo de San Juan Copala, acompañada, además, por observadores extranjeros. Se trataba de una medida humanitaria, para llevar agua y alimentos a la población y dar cobertura a los profesores que regresaban a dar clases a la comunidad. En cuanto se enteró de la medida, Rufino Juárez, líder de Ubisort, anunció en una conferencia de prensa y en declaraciones a programas de radio, que no permitirían la llegada de la caravana, y que sus participantes se atuvieran a las consecuencias.
El día 27 de abril, la caravana fue agredida con armas de alto poder por integrantes de la organización priista, a la altura de la comunidad de La Sabana, sin embargo y a pesar de que habían amenazado con impedir la llegada de estas personas a Copala, Ubisort niega su autoría en la masacre y dice que es un “autoatentado” de las autoridades del municipio autónomo, para “quedar como mártires”.
Fueron asesinados en el atentado dos personas, una  mexicana llamada Beatriz Alberta Cariño, del Centro de Apoyo Comunitario Trabajando Unidos (Cactus), y un joven finlandés, parte de la comisión de observadores internacionales que acompañaban a la caravana, de nombre Tyri Antero Jaakkola, colaborador del colectivo Voces Oaxaqueñas Construyendo Autonomía y Libertad (Vocal)
Algunos medios alertaron sobre el hecho, por un momento la gente volteó a ver a San Juan Copala, sin embargo, hoy los habitantes de esta comunidad, indígenas triquis de décadas de historias de resistencia, se encuentran sin luz, sin agua, sin centro de salud, sin escuelas, sin alimentos. Es urgente brindar nuestra solidaridad y exigir el fin del acoso paramilitar priísta contra esta y muchas comunidades en Oaxaca.
Los paramilitares son una realidad, que sufren miles de personas en México y toda América Latina. Este mecanismo de control artero y sangriento, debe terminar de una vez por todas.
¡Abajo al cerco paramilitar en San Juan Copala!
fuente, vìa :
http://www.apiavirtual.com/2010/05/25/copala-paramilitares-acosando-a-un-pueblo-en-resistencia/?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+apia-articulos+%28ApiaVirtual%29

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