martes, 25 de mayo de 2010

CHILE: el desconcierto de la oposición La oposición al gobierno de Sebastián Piñera se encuentra "groggy" como esos boxeadores que no alcanzan a reponerse de los golpes y no encuentra una línea de oposición clara. leonardo gabriel ogaz arce

La oposición al gobierno del derechista Sebastián Piñera ha pasado de la concertación al desconcierto, no atina un solo paso acertado, se encuentra “groggy” como esos boxeadores que no alcanzan a reponerse de los golpes, no puede resarcirse de la derrota y no encuentra una línea de oposición clara.
¿A qué se debe tal situación? El asunto es complejo y las salidas no se vislumbran con claridad, los escenarios han cambiado y existen unas especies de imposibilidades para remontar la situación.
En primer lugar no se puede dejar de reconocer que el presidente se ha manejado con gran habilidad política, no ha buscado la confrontación y ha abordado con un relativo  acierto gerencial los problemas de la emergencia y la reconstrucción que ha planteado el terremoto y el maremoto recientes.
Por ejemplo la política de pagar una parte de la reconstrucción con impuestos temporales a los más pudientes sencillamente ha descolocado a la oposición que con murmuraciones y a regañadientes no le ha quedado otra salida que apoyarla.
Pero no solo eso, en el mensaje presidencial de 21 de mayo el Presidente Piñera ha anunciado la eliminación progresiva del pago del 7% en salud que hacían los jubilados y pensionados, cuestión que el supuesto progresismo de la “concertación por la democracia”en 20 años y sin terremoto no fue capaz de realizar, por mantenerse en las ortodoxias neoliberales, es decir más papistas que el Papa.
Podríamos enumerar algunos otros ejemplos en el mismo sentido del rumbo político que ha marcado el actual gobierno, pero baste esto para señalar que el actual régimen se parece más al quinto gobierno de concertación que al primero de la derecha post dictadura, como se ha expresado en algunos círculos políticos.
La lectura que ha hecho el actual presidente de lo que fueron los gobiernos de la concertación ha sido lúcida, esos gobiernos cual más, cual menos, gobernaron como buenos administradores del modelo neoliberal dejado por la dictadura y se corrieron tanto del centro a la derecha que ellos no necesitan cambiar esa orientación y seguirán gobernando en el mismo sentido e incluso dándose el lujo de acentuar algunas “políticas sociales”. La cuestión se hizo explicita en el último mensaje presidencial cuando llegó a rendirles un homenaje a los ex presidentes/a por su alto grado de responsabilidad para con el país.
Curiosamente las críticas operativas más fuertes y las dificultades de gobernabilidad no provienen de los sectores opositores sino de su propia coalición, en concreto de la UDI organización de ultraderecha, que se encuentra un tanto desorientada con el liberalismo del Presidente.
El actual gobierno imita muchas de la políticas de la ex presidenta Bachelet por el éxito que le dieron a ella y porque no alteran para nada el modelo ni la hegemonía neoliberal vigente.
El cuadro que tenemos es de un gobierno represivo, que mantiene el modelo neoliberal intocado, pero con flexibilidad en algunas políticas sociales y dialogante con la oposición.
Frente a tal cuadro, a la anterior alianza gobernante le es difícil articular una oposición coherente sin salirse del marco de los acuerdos transversales para mantener el sistema, no pueden oponerse a políticas que ellos mismos sustentaron, no pueden antagonizar con propuestas distintas ya que inmediatamente surge la pregunta ¿por qué no lo hicieron cuando fueron gobierno?, de tal manera que el brete en que se hayan encerrados no es fácil de romper. La Democracia Cristiana difícilmente puede romper la encrucijada en que se encuentra puesto que sus diferencias ideológicas con las políticas del actual gobierno distan mucho de ser insalvables, el socialismo pone fuerza en una dureza verbal, pero que termina acompañando con sus votos en el parlamento las iniciativas gubernamentales. De tal manera que de no suceder hechos que rompan esta articulación su papel será el de comparsas murmurantes del gobierno derechista.
El rechazo de los trabajadores a dirigentes del PPD y del socialismo en la manifestación del último primero de mayo es un indicador de que los sectores avanzados de este sector les reprochan su prolongada ausencia en los conflictos laborales, mientras fueron gobierno se distanciaron notoriamente del mundo laboral y ahora el reencuentro va a ser por lo menos conflictivo.
Una verdadera oposición a este gobierno solo podría provenir de una crítica profunda tanto al modelo económico, como político y social y esto es muy difícil que provenga desde los actuales opositores.
El partido comunista que lamentablemente se ha amarrado a la oposición en los detalles y no puede encontrar tampoco un perfil propio, con su presencia en el actual parlamento no hace sino legitimar la Constitución pinochetista que nos rige, la actuación de los tres parlamentarios comunistas está condenada a la impotencia si es que no se ponen a la cabeza de las luchas sociales que rompan el cerco de la dominación.
El desafío queda planteado para la izquierda anticapitalista, hay un espacio vacío en la izquierda que es necesario llenar desde la movilización de los sectores sociales con un claro programa anti sistema.
fuente, vìa :
www.kaosenlared.net/noticia/chile-desconcierto-oposicion

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